LAS CALERAS - Desde el bebe más pequeño hasta el anciano de mayor edad, todos los vecinos de Las Caleras, una pequeña población de Calamuchita, actuarán el próximo sábado 19 de diciembre en una megarepresentación del pesebre navideño.
Aunque el espectáculo se viene realizando desde 1973, en esta oportunidad prácticamente no quedará ningún habitante sin participar de la iniciativa, puesto que todos quieren aportar su granito de arena para el éxito del pesebre.
“Como actores y actrices van a actuar 130 personas entre niños y adultos. Pero ese número se triplica si tenemos en cuenta a toda la gente que trabaja como iluminadores, sonidistas, los que montan la escenografía, los que ayudan en la dirección y producción, en los controles externos y los que están en los puestos de venta de alimentos y gaseosas”, explicó la presidenta comunal, Wilma Oviedo.
Es tal la expectativa que se ha generado en este pueblo por la representación del Pesebre, que sus autoridades confían en superar el récord de 3.500 visitantes del año pasado.
“Este evento se ha convertido en la gran fiesta de Las Caleras, puesto que trabajan en su desarrollo y sin cobrar nada todos los adultos y la mayor parte de los niños de la localidad. La obra se desarrollará durante una hora y veinte minutos, en un amplio predio donde está la cancha de fútbol, sobre una lomada”, continuó la titular de la comuna.
La directora del espectáculo, Anabel Vadell, ha articulado la propuesta escenográfica en un relato que abarca desde la creación del mundo hasta la prédica de Jesús en el Sermón de la Montaña, pasando por el Diluvio Universal, el Exodo del Pueblo Judío encabezado por Moisés, la historia de María y José, el nacimiento de Cristo, la visita de los Reyes Magos y la Matanza de los Primogénitos ordenada por Herodes, entre otras escenas.
“El momento culminante de la obra es el nacimiento de Jesús en el Pesebre de Belén. La bebé más pequeña del pueblo, Tatiana Moyano, desempeñará el rol del niño Dios. Jesús adulto será personificado por Heraldo Cabral, José por José César Alvarez y la Virgen María por mi hija Pamela Sosa”, explicó Wilma Oviedo.
La inmensa mayoría de los actores son mineros que trabajan en las canteras vecinas y que no tienen ninguna experiencia teatral. Pese a la rudeza de sus empleos, no tienen ningún problema en disfrazarse y asumir los roles pautados por la directora, con la mayor responsabilidad y seriedad posible.
“El pueblo entero se involucra en la representación como una forma de expresión profunda de su fe, de identidad comunitaria y, además, como una rogativa de protección para el duro trabajo en las canteras”, concluyó Oviedo.
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